domingo, 19 de enero de 2014

PLATERO CUMPLE CIEN AÑOS



"Platero y yo" cumple 100 años

“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.

Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: “¿Platero?”, y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...

Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...

Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra... Cuando paseo sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:  

Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo”

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ MANTECÓN, Nace en Moguer, (Huelva), el 23 de Diciembre de 1881 y fallece en Santurce (Puerto Rico) un 29 de Mayo de 1958. Ganador del Premio Nobel de Literatura en 1956, por el conjunto de su obra, designándose como trabajo destacado de la misma, la narración lírica Platero y yo.



En 1914 ve la luz definitivamente “Platero y yo”. Una selección de sesenta y tres capítulos, hecha por el autor, en su colección “Biblioteca Juventud”. Este hecho, junto con el prólogo titulado “Advertencia a los hombres que lean este libro para niños”, dio lugar a que la obra fuese erróneamente encasillada en el género de la literatura infantil. Podría decirse que este libro dedicado  y formado por breves capítulos pueden considerarse poemas en prosa o también llamada Prosa poética que tanto caracterizará a Juan Ramón.



En 1917 se publicó la edición completa, compuesta por 138 capítulos (Editorial Calleja, Madrid). Quedaba claro que Platero era un texto adulto, aunque por su sencillez y transparencia se adecuara perfectamente a la imaginación y al gusto de los niños. Algunos capítulos encerraban una cierta crítica social, revelando una dimensión del autor que muchos tardaron en advertir. El propio Juan Ramón, en un «prologuillo» a la edición aclaraba: «Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre, con determinadas excepciones que a todos se le ocurren».



El poeta tenía la intención de ampliar el texto hasta los 190 capítulos; de hecho, existen tres adicionales, escritos en la década de 1920. Juan Ramón planeó también una segunda parte, denominada Otra vida de Platero, de la que incluso esbozó algunos títulos. Un proyecto que, como el de publicar Platero y yo en cuadernos sueltos, no llegaría nunca a ver la luz.



Disfruta de este vídeo, homenaje a Platero y su autor. Anímate y lee esta obra tan nuestra y tan  universal.



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